Muchos han preguntado a Adriá por qué el precio de comer en elBulli no es más alto.
Después de todo, hay infinidad de restaurantes con una oferta de menor
calidad que resultan mucho más caros en todo el mundo. La respuesta
del cocinero es que cubrir los costes del largo proceso de desarrollo de nuevos platos cada temporada nunca ha sido la meta del restaurante. Imagino [pero no lo sé a ciencia cierta] que estos costes se cubren a partir de los ingresos
derivados de otras actividades desarrolladas por el grupo, fundamentalmente mediante la explotación de activos intangibles
como son la marca, la tecnología y/o el conocimiento tan trabajosamente conseguidos. Según Adriá, los cocineros tienen la libertad
de enfocarse en los aspectos más creativos de su trabajo, más que en
las consideraciones financieras, lo que al final redunda en más
tecnología, más conocimiento, más clientes encantados, mejor reputación
y, curiosamente, mejores resultados empresariales.
¿No creéis que
todo esto encierra algún tipo de moraleja?