Muchos pensamos desde los primeros momentos que la denominada crisis de las hipotecas subprime era, básicamente, una crisis de confianza [ved, por ejemplo, 'Una nube para el Sr. Almunia' en estas mismas páginas]. El problema, decíamos, estaba ocasionado por la falta absoluta de transparencia alrededor de determinados productos de inversión, facilitada por el uso abusivo de un mecanismo financiero denominado 'titulización'. Otras personas mucho mejor preparadas que yo han descrito los pormenores conocidos de esta debacle. A ellos os remito [agradezco la referencia, una vez más, a J]. Por mi parte, me gustaría revisar mi diagnóstico inicial.