El primer principio del Arte de Acechar es que los guerreros eligen su campo de batalla.
Un guerrero jamás entra en batalla sin conocer antes el entorno.
Eliminar todo lo innecesario es el segundo principio del Arte de Acechar. Un guerrero no complica las cosas. Busca la sencillez.
Un guerrero aplica toda su concentración para decidir si entra o no en batalla, porque en cada batalla se juega la vida. Éste es el tercer principio del Arte de Acechar. Un guerrero debe estar dispuesto y preparado para realizar su último acto aquí y ahora. Pero no sin orden ni concierto.
Un guerrero se relaja y se suelta. Sólo entonces los poderes que guían a los seres humanos abren el camino al guerrero y le auxilian. Sólo entonces. Este es el cuarto principio del Arte de Acechar.
Cuando se enfrentan a una fuerza superior con la que no pueden lidiar, los guerreros se retiran por un momento. Dejan que sus pensamientos corran libremente. Se ocupan de otras cosas. Cualquier cosa puede servir. Este es el quinto principio del arte de acechar.
El sexto principio del Arte de Acechar dice que los guerreros comprimen el tiempo. Un sólo instante cuenta. En una batalla por tu vida, un segundo es una eternidad y una eternidad puede decidir la victoria. Los guerreros persiguen el éxito, por tanto comprimen el tiempo. Los guerreros no desperdician ni un instante.
Para aplicar el séptimo principio del Arte de Acechar uno tiene que aplicar los otros seis: un acechador no se coloca nunca en primera fila. Está siempre observando detrás de la escena.