A menudo me sorprendo dándole vueltas a una idea. Tengo la impresión de que todo esto que está pasando con los desahucios, las familias condenadas a la miseria, tantas vidas truncadas, muchas de ellas desde la infancia, como consecuencia de un marco legal que no sólo es inmoral e injusto, sino que probablemente también sea, al menos en parte, ilegal, todo esto, digo, nos va a pasar factura, como sociedad, como país. Vamos a pagar un precio. No en términos económicos, que también, sino por el daño, tal vez irreparable, que producirá en nuestro espíritu.
Creo que las generaciones que vienen detrás mirarán hacia esta época con horror, incapaces de entender ni perdonar la pasividad con la que aceptamos esta aberrante situación. Somos cómplices de un sistema que niega a una parte, el ciudadano, la posibilidad de una defensa justa, que traslada sistemáticamente el riesgo al más débil, que abusa imponiendo términos [ej, intereses de demora de casi el 25%, 'claúsulas suelo', etc] que la razón rechaza estupefacta. Somos mudos testigos de una tragedia colosal, pero no sólo eso, sino también incomprensible, absurda. Injustificable [y creedme, son muchos los que intentan justificarla].
Temo que en quince o veinte años algun joven que podría ser mi nieto me plantee airado una pregunta para la que no tengo respuesta: "¿Por qué lo consentísteis?". No lo sé. Somos un país de hombres tranquilos, me dijo una vez una amiga [holandesa]. Lo dijo en el 92, refiriéndose al 'problema' del paro juvenil en aquella época. Me decía que en su país, con esas cifras de desempleo, el pueblo habría tomado las calles para exigir una respuesta de sus gobernantes. Si no salimos a la calle por nuestro derecho a un trabajo digno con casi seis millones de parados, ¿cómo vamos a salir para evitar que otros pierdan la casa, su patrimonio, la esperanza o la vida? Tal vez sea cierto que los mejores, los más valientes, se fueron yendo de España a lo largo de los siglos y que nosotros somos los tristes descendientes de los que se quedaron. Tal vez la selección natural explique nuestro carácter dócil, acomodaticio. No lo sé. Sólo sé que siento una pena infinita por lo que ocurre, siento angustia y siento miedo, pero sobre todo siento vergüenza. Por mí y por todos nosotros.
Siempre hay una alternativa más. Siempre hay una solución mejor. Sólo requiere de voluntad. Voluntad o coraje, como prefiráis decirlo. La creatividad sigue a la voluntad. Si hay voluntad, siempre se termina encontrando un camino.
Hola Mario,
encantado de escribir en tu blog, que sigo atentamente.
Entiendo lo que dices de que esas personas están atrapadas por sus Modelos Mentales, es gran parte del problema. Son poco "flexibles" y dependen del Sistema. Pero son hipócritas: pretenden vender una integridad y rectitud que no tienen, muchas veces tengo la sensación de que parece que han construido un Modelo Mental para vender a los demás y que ellos no se aplican. Además, parece que están consiguiendo convertirlo en un Modelo Mental Institucional. Intentan que lo que siempre han sido "derechos" aparezcan como "privilegios" (sanidad, educación, etc.) partiendo de una idea totalmente falsa: la de que todo el mundo, si se esfuerza, puede conseguir las mismas metas. Yo creo que, al menos unos pocos con mucho poder, sí que son conscientes del daño que están causando y les importa más bien poco o nada, de ahí que crea que no son tontos, sino "malos".
Posted by: Chisco | 05/29/2013 at 01:32 PM
Gracias por tu comentario, Chisco :)
Sigo creyendo en lo que Goldratt decía "People are Good" o, en lo que De Bono nos dice, "todo el mundo es inteligente dentro de su propia burbuja de percepción" que es lo mismo que decir que el hombre es un ser racional, por mucho que a menudo los razonamientos de otros, vistos desde fuera, carezcan de todo sentido para nosotros. Lo que quiero decir es que sí, estoy de acuerdo, lo que me pide el cuerpo es decir "¿Se puede ser más idiota?" o "Sois el MAL encarnado!", pero la verdadera explicación de todo esto es que estas personas están atrapadas - en primer lugar por sus propios Modelos Mentales y en segundo lugar por un Sistema que los mantiene y a la vez los devora.
Posted by: Mario López de Ávila Muñoz | 05/27/2013 at 04:58 PM
¿Qué se puede hacer cuando se llega al punto de que hay que luchar por lo evidente? Seguimos luchando y denunciando, pero cuando la desvergüenza es de este tamaño, ¿qué podemos hacer? Si ya casi ni protestar nos dejan: les sale de la boca el término "fascista" en cuanto cuatro pobres desesperados a los que han echado de sus casas ocupan las calles para protestar, y obligan a la policía a sacar la porra a pasear a la mínima. Controlan el miedo de la población "marcando" a quienes protestan ... !ahora todo el mundo es ETA¡ Un amigo (alemán) me decía: "al principio de la crisis pensaba que nuestros líderes no eran malos, sólo que eran un poco tontos. Ahora estoy totalmente convencido de que son los malos".
Posted by: Chisco | 05/27/2013 at 09:55 AM
Triste...pero muy cierto
Posted by: Pili | 02/14/2013 at 04:32 PM
Genial, Mario. Triste pero genial. Muy de acuerdo... además, tengo la sensación que "nadie" se siente culpable o responsable. Perdón, que "Ninguno" nos sentimos culpables o responsables.
Posted by: Pablo | 02/13/2013 at 11:48 PM
Yo siento vergüenza de vivir en un país de caciques y sinvergüenzas, de vivir en un cortijo. Sólo espero que la vergüenza se transforme en orgullo porque, por fin, reaccionemos y sepamos cambiar este país desde el tuétano haciendo, de una vez por todas, la transición que no supusimos hacer y que necesitábamos, aunque no la hubiesen llamado modélica.
Posted by: Angel | 02/13/2013 at 04:41 AM