El paisano entra en el bar y se dirige a la barra.
El camarero deja lo que está haciendo, le estudia por unos momentos y termina saludando:
- Buenas tardes, ¿Qué le sirvo?
El paisano se lo piensa unos segundos. Luego, arranca a hablar de esta guisa:
- Pues lo que me apetece es un buen gintonic, la verdad... pero casi que no, que todavía tengo que conducir más de una hora... mira, ponme una tónica, eso mismo.
- Marchando una tónica entonces.
El camarero coge un vaso, añade hielo, una rodaja de lima y la tónica.
- Aquí tiene, caballero.
- Gracias, chaval.
El paisano toma la tónica, la prueba, la saborea y no parece disfrutar demasiado con la experiencia.
- Pues la verdad es que esto está más bueno con la ginebra.
El camarero aparta la mirada de lo que está haciendo para estudiar el rostro del hombre y decide no contestar al comentario. Vuelve a enfrascarse en lo que está haciendo.
- Oye chaval - continúa el paisano con una sonrisa como de hiena amable -, ¿Por qué no me echas un chorrito de Gordons para matarle los bichos a este brebaje?
El camarero lo flipa, aunque ya conoce el percal. El paisano es un Jetadura, lo peor.
- Pues caballero, es que entonces le tengo que cobrar el gintonic.
- ¿Cómo dices? - se alarma el paisano - Venga, chaval, que es sólo un chorrito, hombre... enróllate un poco, que no se va a enterar nadie...
- Bueno, me voy a enterar yo.
- Será nuestro secreto - sonríe el Jetadura.
- Creo que no, señor mío. Y la tónica son 2 euros.
- Será mámón el tío! Vete pa'l carajo, tú y tu mierda de tónica. ¿Tú sabes con quién estás hablando? ¿Sabes quien soy? Si hago una llamada te quedas sin curro, chaval.
El camarero traga saliva. ¿Qué habrá de cierto en lo que cuenta este despreciable individuo? Lo piensa mejor y decide no arriesgarse. Con rabia contenida, apenas disimulada, coge la botella de ginebra y sirve una generosa cantidad en el vaso del miserable.
El individuo le mira con una curiosa mezcla de asco y diversión.
- Has sido listo, chaval. Aquí tienes tus dos euros.
Queridos niños Consultores, para entender la moraleja de nuestra historia sólo tenéis que cambiar algunas palabras por otras: "paisano" lo sustituís por "cliente"; "camarero" por "consultor"; "tónica" por "una mierda de trabajo que te voy a pagar por cuatro perras"; "gintonic" o "ginebra" por "un trabajo de consultoría de verdad de la buena que no estoy dispuesto a pagar". Hay que aprender a distinguir a un Jetadura desde los primeros momentos de la relación, porque en caso contrario podéis tener muchos y desagradables problemas.
Esta historia está basada en hechos reales. Super-reales.
Oscar, tienes toda la razón.
Posted by: Mario | 12/10/2009 at 09:52 PM
Entiendo que esto puede pasar. Aunque ya he visto algunas veces la situación al revés: cuando el camarero es el que lleva una corbata preciosa del mismo color que su powerpoint, y te ofrece un maravilloso gin tonic (sistema de organización, software, etc.) que te va a hacer la vida más fácil, y luego te pone una tónica bajada de internet, sin vaso ni nada...
No es una crítica general. Estoy seguro de que hay gente que hace muy bien su trabajo. Pero ya he visto algunos casos en los que el camarero no había puesto una copa en su vida, o incluso que sale corriendo al ver que ni siquiera podrás beberte la tónica. Supongo que esas cosas pueden pasar porque hay muchos que dicen que son camareros sin haber pisado demasiado un bar.
Posted by: Oscar | 12/10/2009 at 06:51 PM
Buenas,
En todo acontecimiento (cadena de hechos tipo causa - efecto) siempre hay un momento determinado fruto del cual la situación cae del lado del éxito y el cumplimiento de objetivos, plazos y costes (te doy lo que has pedido por el precio acordado) o del lado fracaso y la frustración (te doy más de lo que pediste, te doy lo que me dijiste que no querías, por el mismo precio).
Ese momento cumbre, esta dominado por el fantasma del miedo a medio/largo plazo, y se toma una decisión a corto plazo..."vale te lo hago".
No se, quizás la clave este en vencer ese miedo... sea lo que sea para cada cual.
Saludos
Raúl
Posted by: Raúl Dolado | 07/14/2009 at 10:45 AM
En efecto, Javier, a veces es muy difícil no ceder a la presión y/o manipulación. Hay auténticos profesionales.
Posted by: Mario | 07/13/2009 at 10:43 AM
Muy bien, Mario. Yo no soy consultor, pero llevo todo el fin de semana con un dilema acerca de un un email que contestar el lunes y me diste el empujoncito. Es tan difícil a veces no echar el chorrito de ginebra.
Posted by: Javier | 07/12/2009 at 05:57 PM
Mario:
La cultura de las empresas son las que permiten evitar a los jetaduras más allá de los individuos que, por supuesto, han de estar alertas. Los clientes huelen las debilidades al igual que los proveedores respecto a los clientes y quien siempre es víctima lo volverá a ser.
Relaciones win-win son las que permiten que todos ganemos. Cualquier otra siempre nos lleva a pérdidas para todos. Pero, la verdad, no termino de percibir este cambio y menos aún en la situación actual en la que las fieras han salida a comer.
Yo, por si acaso, estoy intentando sacar músculo. Pero si atacar
Posted by: Anónimo | 07/10/2009 at 06:58 PM