La psicología positiva está de moda. Últimamente me tropiezo a menudo, en mis vagabundeos bibliográficos, con referencias a los trabajos de Sonia Lyubomirsky & Kenneth Sheldon, dos autores que están siendo especialmente prolíficos en la segunda mitad de esta década. Personalmente creo que su trabajo tiene una deuda enorme, no sé hasta qué punto reconocida, con las aportaciones realizadas por Mihalyi Csikszentmihalyi durante más de un cuarto de siglo, pero en fin, toda la psicología positiva la tiene.
Lyubomirsky & Sheldon nos hablan del papel que juegan en nuestro bienestar - en la sensación subjetiva de felicidad - las actividades en las que nos involucramos día a día. Casi tanto como nuestra genética, mucho más que nuestras circunstancias personales, lo que hacemos y, aún más, cómo lo hacemos, es un factor determinante de nuestra felicidad. Según las evidencias aportadas por estos autores, lo que hacemos es hasta cuatro veces más determinante de cómo nos sentimos que factores como el lugar de residencia o el nivel de ingresos. Puesto que [todavía] no podemos cambiar nuestra genética, los autores aconsejan a todo el que quiera escucharles 'CHANGE YOUR ACTIONS, NOT YOUR CIRCUMSTANCES'.
¿En qué sentido deberían cambiar nuestras actividades? Lyubomirsky & Sheldon nos ofrecen tres sencillas recetas - casi casi de pero grullo. En primer lugar, debemos escoger actividades que encajen con nuestras necesidades, nuestras preferencias, nuestro carácter. Hacer salto base no nos hará más felices, por mucho que pensemos en que nos vendría bien algo de aventura en la vida, si somos más bien del estilo hogareño. No estoy seguro de estar de acuerdo en este punto, pero entendámoslo como una recomendación en el sentido de que el autoconocimiento y la aceptación de uno mismo son condiciones necesarias para ser feliz [NOTA de 3 de diciembre de 2007: Es muy posible que esté equivocado en este punto, que refleja más una convicción personal que una conclusión soportada por evidencias experimentales. Al contrario, las investigaciones más recientes parecen confirmar que para ser feliz, especialmente en el seno de una relación de pareja, se requiere de una importante dosis de autoengaño. Volveré sobre esto]
En segundo lugar, el contenido de las actividades debe variar. En esto coincido plenamente. Mi gurú número 1, el Dr. Arthur de Vany, economista-atleta, padre intelectual del Evolutionary Fitness, insiste en la necesidad de introducir diversidad en nuestras 'rutinas' de entrenamiento, en nuestra dieta y en general, en todas las actividades, físicas o mentales, de nuestra vida. Sencillamente, es para lo que nuestros organismos están diseñados. Lo dice también el refranero español ['en la variedad está el gusto'], lo ratifican las investigaciones de Csikszentmihalyi, lo decía Castaneda muy clarito, lo dijo hasta Epicuro antes que todos ellos. De todo, con moderación. La rutina acaba con la mente más brillante y/o con la personalidad más estable. En los ecosistemas, la diversidad es una medida de su 'salud'. Tres cuartos de lo mismo podría decirse de las organizaciones o de cualquier otro sistema humano. Sabemos el efecto devastador que tiene en las relaciones de pareja el asentamiento de la rutina. Introducir variación en el contenido, aumentar la diversidad de nuestras actividades nos hace sentir más vivos.
Por último, el ritmo ['timing'] al que se desarrollan las actividades también debe variar. También en esto De Vany hace mucho hincapié. Por ejemplo, a la hora de programar nuestros entrenamientos, la mejor estrategia es introducir cierta aleatoriedad en la agenda, al tiempo que se garantiza una frecuencia mínima de entrenamientos. Para que nos entendamos, si una semana entrenamos lunes - jueves - viernes, la siguiente podríamos hacerlo martes - miércoles - sábado, asumiendo que la programación se realiza semanalmente. La cuestión es introducir variación tanto en la duración como en la ocurrencia de la actividad. Un 'caos' controlado.
Hasta aquí algunas de los hallazgos de Lyubomirsky & Sheldon. He comentado en otra ocasión que Csikszentmihalyi identifica algunos otros requisitos, que mi experiencia personal ha validado. En primer lugar, las actividades en las que nos involucramos deben tener una 'meta', un propósito. En segundo lugar, deben ser desafiantes, en el sentido de que requieran de nosotros un esfuerzo cuanto menos moderado, absorban nuestra atención [casi] por completo, nos obliguen a poner en juego nuestras capacidades. Por último, debemos disponer de alguna forma de realimentación, algún mecanismo que nos indique si lo estamos haciendo bien o no en cada momento.
Moralejas para hipotéticos: cambia lo que haces, no tus circunstancias. Que todo lo que hagas tenga un propósito. Haz de cualquier tarea un desafío, aunque sea modesto. Introduce variedad tanto en el contenido como en la duración y/o en la ocurrencia de tus actividades. Aplica esto en todos los ámbitos de tu vida. Y si tienes responsabilidad en el diseño de 'puestos de trabajo' [desgraciadamente, los profesionales de RRHH siguen hablando de 'puestos de trabajo'], ten en cuenta estos aspectos como requisitos de partida.
µßio, ok, ya veo lo que quieres decir. Suerte con tu proyecto!
Posted by: Mario | 12/05/2007 at 08:43 AM
http://alycie.blogspot.com/2007/11/haiku.html
Va de lo mismo. Somos monos de repetición y sólo hacemos bien los que sabemos hacer y practicamos. En haiku, propongo cambiar el escenario y seguir haciendo lo mismo, lo que nos da aparente seguridad. A mí, me da miedo, cambiar el escenario, porque además lo estoy creando. Por eso os leo a vosotros porque intuyo que estáis trazando un camino nuevo, a los de web 2.0 porque están preparado el soporte, a los organismos internacionales, porque están definiendo el nuevo mundo.
Y lo de los pequeños cambios, son ya tantos, tan rápidos, persistentes y constantes, que la educación que hemos recibido, hace aguas por todas partes. Tengo 50 años, un hijo de 27 y otro de 17 y hay un salto generacional es abismal entre los dos chicos.
Además creo que no me dejaran jubilarme a los 65 y quiero preparar un nuevo escenario del conocimiento y de su uso.
En la prensa hoy dicen que el convenio de Kioto está desbordado y hay que sustituirlo y yo, me estaba enterando hace poco de qué cosa era el convenio de Kioto.
Si los cambios nos comen, vamos a ponerlos de nuestra parte.
¡Saludos a todos!
Y perdonad que no me salgan los enlaces, lo intento.
Posted by: µßio | 12/04/2007 at 12:43 AM
Gracias chicos por vuestros comentarios.
Samuel, estoy de acuerdo con lo de la ilusión. La clave, como hemos dicho otras veces en estas mismas página, es aprender a amar todo lo que haces, independientemente de si 'deseas' o no deseas hacerlo.
ekaizen, De Vany recomienda introducir variedad en todos las dimensiones del entrenamiento, si bien es cierto que manteniendo un cierto orden. Largo de explicar, estoy cansado ahora. Por supuesto que es trasladable 100% a nuestras organizaciones.
Microbio, déjanos al menos la URL de tu post para poder echarle un vistazo, ok? Es que has firmado con un enlace a un post titulado Haiku que creo no va de lo mismo :-)
Miguel, gracias por el esfuerzo :-)
Posted by: Mario | 12/03/2007 at 09:05 PM
Iniciado en estos lares gracias a tus post y a la curiosidad que me llevó a ellos, me siento en la obligación de corresponder añadiendo que otra condición para recoger mucho más de nuestras acciones es ilusionarse por ellas.
El rendimiento, el éxito y la trascendencia de nuestras acciones, esta asegurado si sentimos una profunda ilusión por llevarlas a cabo.
En resumen, quién ama lo que hace, lo hará mejor que quién no..., y creo que todos ya sabemos que el amor, por lo que quiera que sea, es algo que se cultiva ACTIVAMENTE, día tras día.
Eso, a mí al menos, me tranquiliza bastante.
Gracias Mario
Posted by: Samuel | 12/01/2007 at 03:56 PM
Una vez más, increible, muy, muy bueno.
Aunque hay que hacer un par de comentarios; por un lado está bien introducir diversidad, más que caos controlado, en los entrenamientos, de acuerdo. ¿Pero hasta qué nivel?, si estás en la élite (nunca he llegado, ni llegaré), me da la sensación que lo que prima es la disciplina. Bien el alternar diferentes tipos de entranos pero manteniendo horarios, lugares y un montón de variables más que son importantes. ¿Podemos extrapolar estos comportamientos a nuestros "puestos de trabajo" habituales, en los que se supone que tenemos que respetar una rutina y una disciplina?.
Posted by: ekaizen | 11/29/2007 at 08:04 PM
Me he puesto a comentar y me ha quedado largo.
Así que he abierto un post para contestar.
¡Salud!
Posted by: µßio | 11/28/2007 at 10:11 PM
Mario, tus entradas son de las poquísimas que, en mi reader marco como "no leídas"... después de leerlas; para revisarlas con calma. Hoy es el caso. Me ha pillado demasiado cansado para comentarla como se merece, pero no tanto como para no decir nada al respecto.
(comentario sin sustancia me ha quedado)
Hala, un saludo.
Posted by: Miguel | 11/28/2007 at 08:09 PM