Seguimos con los "disonantes" dentro del ciclo de eventos programados en la primera Semana de la Innovación de Bizkaia, que celebramos alrededor del lema "Arte, creatividad e innovación". El aula de hoy ha corrido a cargo de Federica Matelli y Elmar Tretz, que están desarrollando su trabajo, en el marco del Proyecto DISONANCIAS, en colaboración con el equipo de innovación de KAIKU. Hemos tenido la suerte de contar también con la participación de la Directora de Innovación de la empresa, Eukene Gil, cuya intervención fue estupenda, muy amena e instructiva. Os resumo a continuación algunas de las ideas/propuestas que se presentaron durante el taller, tal y como las interpreta un consultor canario afincado en Madrid que pasa más tiempo en Bilbao que en su propia casa.
Comenzó la sesión Federica, quien hizo una más que interesante, casi me atrevería a llamar "erudita", disertación sobre la idea de "creatividad conceptual", como contraposición a la "creatividad experimental" de la que después nos hablaría Elmar. Comenzó, por cierto, con una cita de Poincaré que ahora mismo no recuerdo con detalle, pero que fue hábilmente recogida en su momento por Peter Drucker, cuando afirmaba que innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos. Federica aprovechaba la cita para destacar que nadie, salvo Dios, crea a partir de la nada; permitidme que añada de mi propia cosecha que poseemos todo lo que necesitamos para empezar a crear. Está en nosotros, está alrededor de nosotros.
Federica habló de la creación como un proceso en el que se ponen en relación entidades que no aparecen relacionadas entre sí. Me recuerda algo que ya comentábamos cuando analizaba el trabajo de ese genio de la fotografía que es Chema Madoz. Me gustaría añadir que el establecimiento de relaciones dispares, inusuales, es la base del proceso creativo de tipos de personalidad como el Siete o el Cuatro eneagrámicos, que destacan especialmente en esta tarea. Los demás sois más aburridos - se siente.
El proceso creativo supone, en el caso de Federica, un viaje desde los conceptos, pasando por los modelos mentales, hasta llegar a la entidad creada. Me encantó escucharle decir que antes de empezar a pensar siquiera en el hipotético resultado final, va "empapándose" poco a poco de todo aquello que, de alguna manera, relaciona en su mente con el tema que intenta abordar. Nos decía que podía pasar días o semanas escuchando cierto tipo de música, o viendo determinada clase de películas, paseando por ciertos ambientes o - esto lo sugiero a partir de mi propia experiencia - relacionándose con 'otras' personas, dejando que toda esa información se asiente en su cabeza en una suerte de proceso autoorganizativo, del que emergen tarde o temprano los conceptos que servirán de punto de partida para empezar a trabajar.
Elmar, por otro lado, nos habló - vía videoconferencia, como comprobaréis en la foto, desde Australia - de una forma de crear que sigue el camino inverso al descrito por Federica. Parte de la realidad concreta, de las herramientas, el soft, el hardware, construye su "caja de arena", su espacio de "juego", en el que empieza inmediatamente a trabajar en una solución, explorando diferentes alternativas, desarrollando múltiples iteraciones de ensayo - observación, recordando en cierta manera el propio método científico - de ahí la denominación de "experimental". Elmar fue tan amable como para preparar un pequeño documento en el que expone mucho mejor de lo que yo pueda hacer, sus ideas con relación a este proceso. Podéis encontrarlo en suebo.com/aulasdecreatividad. Os recomiendo una lectura meditada, merece la pena.
Es evidente que no hay un sistema mejor que otro. Personalmente, me identifico más como creador "conceptual" que "experimental", pero me atrae mucho, cada vez más, esa vía de trabajo que implica remangarse, bajar al taller y ensuciarse las manos. Creo, como Julen, que dentro de todo consultor hay un artesano pugnando por salir a la luz. En ello estamos.
Para terminar, la charla de Eukene - un encanto, repito - fue refrescante e iluminadora a un tiempo. Coincidió desde el principio en eso mismo que nos decía Fernando al comienzo de esta semana: que hay que salir fuera, que hay que viajar, que hay que conocer otras realidades, otras personas, culturas, tecnologías, productos, servicios, mercados, paisajes... Empiezo a pensar que lo mejor que podríamos hacer con el dinero de las subvenciones a la Innovación es mandar a nuestros empresarios a recorrer mundo. Me ofrezco voluntario para la misión a Bora Bora.
En fin, Eukene habló no sólo de innovación tecnológica, sino también del cambio organizativo que imprescindiblemente debe acompañarla - rara vez la precede, en mi experiencia - para que sea efectiva. Y me encantó algo que reconocí como cierto inmediatamente. Trabajar en algo nuevo alegra los corazones de las personas que se involucran en el proyecto, actúa como un poderoso motivador, rompe barreras, viejos esquemas, destierra conceptos trasnochados, rejuvenece a la organización, en suma. Contra la arterioesclerosis organizativa, innova.
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