De un tiempo a esta parte hemos vuelto a tropezar, profesionalmente hablando, con el viejo tópico de la relación entre creación e innovación, que algunos consideran un mismo fenómeno denominado de manera diferente en diferentes ámbitos. Alguien me decía hace poco que "innovar es el nombre que dais los consultores al proceso creador". Se admiten opiniones al respecto.
Estoy estudiando la posibilidad de replicar, en otro formato, iniciativas como las de Art and Business, que mi hermano me dio a conocer hace años, o la de Artes Divergentes que patrocina la Diputación Foral de Guipuzkoa con el Gobierno Vasco, creando espacios de encuentro entre personas procedentes del mundo del "arte" en el sentido más amplio posible de la palabra - desde la gastronomía a la arquitectura, pasando por el cine, la danza o la fotografía - y personas procedentes del mundo de la empresa. Como digo, no es la primera vez que se busca este acercamiento, pero creo que también con relación a esto podemos innovar. Estamos analizando experiencias como las que os he citado y algunas más, evaluando los resultados conseguidos e intentando determinar qué les ha impedido conseguir "más". "Más, ¿de qué?", os preguntaréis... pues básicamente, más "contagio" entre unos y otros y especialmente de los primeros - los artistas - a los segundos, más necesitados, pobrecitos.
Algunas conclusiones vamos sacando de todo esto. Para muchos será evidente que hay, en primer lugar, un obstáculo a salvar en el diferente uso del lenguaje - o en los diferentes lenguajes que artistas y gestores utilizan. He percibido, en conversaciones que he mantenido recientemente, que los grandes creadores no suelen encontrar fácil el verbalizar su intuición, sus procesos mentales, los "secretos" de su creatividad. Por otro lado, los gestores, mal acostumbrados después de medio siglo de management for dummies, adoran las recetas, los procedimientos paso-a-paso, lo concreto. Encerrar el genio en un protocolo - he ahí un desafío propio de Sísifo!
Un buen amigo, artista por derecho propio, me ha regalado - en su nombre y en el de su chica: muchas gracias, guapa - un precioso libro-catálogo que recoge lo mejor de la obra de Chema Madoz, uno de los mejores "poetágrafos" o "photoetas" que haya dado este país, premio nacional de fotografía en el año 2000.
Uno de los ensayistas del libro, Borja Casani, dice algo parecido a esto - Madoz trabaja con el sentido de las cosas como si se tratara de arcilla, pintura o sonido, es decir, como si el significado pudiera percibirse directamente con nuestros sentidos. Creo que sus composiciones fotográficas nos impactan porque asociamos la forma a un significado que esperamos encontrar, pero que ha sido sustituido por otro. No soy crítico de arte, permitid que use algunos ejemplos: de un collar de perlas hace la soga de un ahorcado, "para desarbolar la realidad". Con alambre de espinos construye un cactus o una jaula. Un bastón es un pasamanos. Una copa de vino, el vello púbico de una mujer. Una alcantarilla, un escurreplatos.
Observaréis que Madoz acerca en el espacio fisico - pone en contacto, entrecruza, integra - objetos que están muy lejos en nuestro espacio cognitivo. Te ves ante un objeto que resulta instantáneamente paradójico o contradictorio hasta que eres capaz de descifrarlo, no gracias a tus sentidos, sino a la lógica. El artista nos lleva de lo cotidiano a lo surreal y desde ahí, con suerte, en una especie de "ajá!" a lo Martin Gardner, los afortunados llegan a la comprensión en un instante y en el proceso ganan una sonrisa. Algunos, incluso, regresan del viaje un poquito más sabios.
Lo importante del trabajo de Madoz para un consultor obseso - ¿he dicho obeso? - como el que esto escribe es que - tachán - hay un MÉTODO en su obra, que se hace evidente cuando la estudias con detalle. Madoz es un maestro, en primer lugar, de la asociación, del establecimiento de relaciones entre objetos que normalmente "mantenemos separados" conceptualmente. Establece relaciones de causa-efecto, relaciones por semejanza morfológica, por cercanía espacial o temporal. Esta asociación produce un mayor impacto cuanto mayor es la distancia cognitiva que establecemos habitualmente entre los objetos que reúne el fotógrafo.
No sé si recordaréis, de cuando estudiábamos estas cosas, esa preciosa figura del lenguaje que es la metonimia. He encontrado una definición bastante clara en este artículo: "Consiste en transferir el significado de una palabra o frase a otra palabra o frase que significa otra cosa, en virtud de que entre ellas hay una relación de contigüidad o cercanía lógica o semántica, es decir de significado". Pues bien, Chema Madoz es sobre todo un maestro en el uso de la metonimia del así llamado "mundo real". El que sea posible aplicar una figura del lenguaje a un objeto físico es [otra] prueba definitiva de que el lenguaje construye nuestra realidad, camaradas.
Para los impacientes, la receta podría ser algo como ésto:
1. Escoja dos elementos de la realidad de su cliente, cuanto más dispares entre sí, mejor.
2. Pregúntese "¿Qué relación podría existir entre estos elementos, que ahora mismo no vemos o no existe?"
- ¿Cómo sería si fueran siempre de la mano, uno al lado del otro?
- ¿Podría ser uno, de alguna manera, causa del otro? ¿Y al revés?
- ¿Qué ocurriría si uno estuviera hecho de la materia del otro? ¿Y al revés?
- ¿Qué ocurriría si intercambiaran sus formas?
- ¿Qué si intercambiaran sus contenidos?
- ¿Qué si uno contuviera al otro? ¿Y al revés?
- ¿Qué ocurriría si intercambiaran su uso?
Anote todo lo que se les ocurra, por majadero que les resulte.
4. Lea todo lo que ha escrito. Alucine en colores. Pregúntese en voz alta: ¿Qué cojones tiene todo esto que ver con mi producto y/o servicio, Dios mío?? Siga anotando.
5. Repase todo lo que ha escrito. Alucine más si es posible. Guarde sus notas en un cajón y póngase a trabajar de inmediato. Las musas no se caracterizan por ser pacientes.
No nos engañemos - Chema Madoz es un genio: nosotros no. Pero podemos aproximarnos un poco a su "hábito de pensamiento" y eso, tal vez, nos haga un poquito más parecidos a él [perdona el atrevimiento, Chema]
¡Buen tema!. Efectivamente a veces pareciera que la innovación y la creatividad (también opino que son sinónimos) se tuviese que reducir al ámbito del diseño de productos, que en gestión no cabiese la innovación.
Se oye decir tantas veces "Esto se hace así, porque es así, porque siempre ha sido así".
Cuestionar algo en gestión es como cuestionar la ley de la gravedad. !Y va a ser que no!. Precisamente las empresas que hoy en día despuntan son las que han roto las leyes del mercado en cuanto a gestión (vesase Zara, Google,...)
Posted by: telemaco5 | 06/12/2006 at 11:49 AM
Por si no ha quedado claro a alguien, todas las imágenes que acompañan esta entrada son obra de Chema Madoz.
Os animo a visitar su página, cuyo enlace he incluido en el post y que es el siguiente:
http://www.chemamadoz.com/
Posted by: Mario | 06/12/2006 at 10:16 AM
Mario,
Me has tocado la fibra...
Ya sabes que la creatividad es mi punto débil. Pero encima me has "atacado" por un Artista (con mayúscula), porque Madoz se ha convertido en uno de mis favoritos desde que lo conocí...
Brillante.
Posted by: Alfonso | 06/10/2006 at 01:30 PM
Extraordinaria la(s) fuente(s) de mi inspiración - Madoz & la Rubia!
Posted by: Mario | 06/10/2006 at 11:57 AM
Realmente las musas si que estaban hoy contigo ;-)Extraordinario tu post!!! y gracias por la dedicatoria :-)
Posted by: La Rubia | 06/10/2006 at 11:54 AM